Como ya te conté en Instagram , si me sigues ( una red social muy visual, donde cuento cosas de andar por casa a través de imágenes y que puedes bajártela en un plis en tu teléfono móvil) el fin de semana pasado estuvimos en el Bosque. Y es que siempre me sorprende la Sierra de Madrid, por lo bonita que es, y la energía que te da para empezar la semana, y yo como mediterránea visitar estos parajes siempre me parece algo mágico.
Estábamos esperando a tener un fin de semana libre para irnos en familia a lo que realmente importa; a buscar en los arboles puertitas de las casitas de los gnomos o si encontrábamos alguna pista que nos llevase hasta ellos, como un gorrito rojo o similar.Y además si teníamos suerte podíamos coger alguna mora, pensando que no quedaría ya a principios de octubre.
Así que para Navacerrada nos fuimos, pensando dar una vuelta por el camino que ya hicimos nevado el año pasado, el camino Shmidt y que os mostré.Pero no me acordaba que tenía una cuesta bastante imporatnte y que ahora con dos peques como que no, así que decidimos ir un poco más allá del puerto hasta encontrar un lugar donde estuviese más llano y pudiésemos parar.
Y cual fue nuestra sorpresa que unos 8 kilómetros más allá, de camino a Segovia había una zona plagada de familias, en mesas con merenderos y a un paso de este magnífifico bosque de cuento que nos vino genial. Con su riachuelo , lleno de piñas para hacer centros de mesa y moras, aunque aún rojas sin madurar.Se trata de la llamada Boca de Asno cerca del pueblo Valsain donde existe un aula de Naturaleza donde podréis hacer muchas actividades con los más pequeños, reservando con antelación.
Y así jugamos, hicimos fotos,comimos de picnic, enseñándole a la peque como debe dejarse todo de limpio luego y no tirar ni basura .
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Además aprovechamos para buscar enanitos, bichitos, coger piñas, comer alguna mora negra madura que encontramos, tirar piedras en el río, y hablar sobre que no se debe quitar hierbas ni musgo de donde están porque es importantísimo para el mantenimiento del bosque, es " la manta" que cubre el suelo para que esté todo así de bonito y los bichitos estén calentitos. Además de no tocar las setas, sólo mirarlas por si había algún elfo o hada debajo, y disfrutar de este paraje.
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La más peque de la casa estaba tan pichi sobre el manto de hojas, piñas y hierba.
Y mientras Aitana exploraba con su mini cestita...
Y así nos despedimos de la Sierra de Madrid o Segovia, con sabor a mora , con sonido del" cruski cruski" de las piñas, del agua del riachuelo de los grillos y pájaros, con conversaciones y porqués y con abrazos a los árboles para llenarnos de buena energía antes de volver a la urbe.
Yo ya estoy deseando volver... ¿Y tu?
No se cuanto tardarán las moras en madurar , pero me encantaría volver a subir cuando las moras estén en su punto para recolectar y hacer en casa mermelada o algo rico en casa.
Abrazos y Feliz finde.
Joanna
1 comentario:
Parece caperucita roja que va a llevarle frutas a su abuelita.
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