Ya desde el día anterior estábamos con Aitana creando expectativas de la aventura que nos esperaba y que íbamos a llevar, así que la emoción estaba asegurada, y es que hacer de las pequeñas cosas grandes momentos es todo proponérselo y practicar.
Eso para ella supone poder picar papás y demás chucherías, además de buscar vacas y corretear entre los árboles, abrazar a alguno grande grande para llenarnos de energía de la buena ,subirse a pedruscos blandiendo un palo, y luego llamándonos para que veamos su proeza. En resumen, una aventura para ella, y una oxigenación para nosotros alejándonos de la gran ciudad.
De siempre he sido de otoño,de manta, chimenea, y ver las hojas cambiar de color de verde a naranja o rojo y por último a marrón, caer y bailar al son del aire fresquito de noviembre.Pero ahora con peques el verano te da tantas posibilidades para no parar que me estoy haciendo muy fan.
Nuestra aventura empezó en la cocina; cogiendo picoteo que tenemos para cuando viene alguien y haciendo bocatas de filetes empanados. Y para este menester implicamos a Aitana, para que tras lavarse las manos cocinase, o más bien se pringase el delantal de cocinera profesional, rebozando los filetes primero en huevo y luego en pan rallado.
Y de ahí a meter todo en la cesta de picnic, la nevera de "domingueros" profesionales con sus hielos, aunque fuese un sábado y los platos y vasos , mantel, cojines, servilletas... además de algo más blandito en un tupper y el biberón de Alaia.Vamos que para irse al campo hay que montar una alucinante, pero vale la pena.
Así que como madre disfrutona acelerada, ese día me olvido todo lo que tengo que hacer y me pongo en "versión me da igual y voy a disfrutar de esto" para intentar ese día estar sosegada y disfrutar a tope.
Y me doy al tumbing y al disfruting como buena disfrutimadre , y me olvido del Señor Conejo y su corre corre y de la Reina de Corazones llena de problemas y negatividad; que les den a todos pan con chorizo que yo me voy a relajarme, besar, achuchar, mirar a mis peques cada gesto cada movimiento y disfrutar...
Y es que qué tendrá el campo, como la playa, que te desacelera, te conecta con lo importante y esencial; y sobre todo te recarga.
¿Sueles hacer este tipo de planes?
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Gracias por estar ahí ,
¡abrazos fuertes!
2 comentarios:
Nosotros hacemos muchas salidas al campo, es vital cuando vives en la ciudad para oxigenarse y cambiar el chip.Para los niños muy importante porque además de salir con sus padres, les relaja.
Tania
Q bien viene hacerlas!!!Y tengo la suerte de poder disfrutar de esas salidas muy a.menudo.
Q.bien.nos.viene a.la familia.tener esos momentos de paz....
Carmen
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