Truco casero para un pelo suave

Como ya os conté iniciamos un cuento hace dos semanas un cuento de una de nuestras colaboradoras, y aquí viene el segundo capitulo... Espero que os divierta.

Y tras la Primera parte, hoy seguimos con la segunda...

El armario de Chloe. Truco casero para un pelo suave.

Tengo el pelo como un estropajo. No sé si se debe al cloro de la piscina, a la sal de la playa, a las planchas alisadoras, al sol...o lo más probable, a todo ello junto.

¡Y no será porque no me deje unos buenos dineros en mascarillas y acondicionadores! Mi armario del baño parece una tienda.

La culpa la tiene esa vendedora de productos de peluquería tan agradable que consigue encontrar las palabras exactas para atraparme: suavidad, soltura, textura, cero apelmazamiento, suntuosidad...Es sólo pronunciarlas y ya estoy convencida.

El caso es que por mucha pasta que me deje allí, los resultados no siempre son los esperados ¡Y menos en verano!

El tinte tiende a aclararse y a resecar;  y yo aún no me atrevo a ponerme sombrero en la playa...Sí, que bonito queda en esas bloggers tan estilosas que parece que tengan la playa para ellas solas...Pero yo planto mi toalla al lado de alguna pandilla adolescente o junto a una familia de críos que revolotean levantando nubes de arena a su paso y no me veo allí con una mega pamela...que va...

Bueno, el caso es que mi hermana me recomendó un truco de los de toda la vida. Aceite de almendras aplicado de medios a puntas.

Dormir con él puesto y a la mañana siguiente, lavarte el pelo.

-¿Estás segura?-me atreví a wassapear.

Mi hermana está en una fase de, ¿cómo llamarlo?...vuelta a los orígenes. Tiene un aloe vera en la terraza y duerme con los pies embadurnados de aceite de oliva.

El caso es que seguí su consejo. Compré un bote de aceite de almendras dulces y lo extendí por el cabello. Después, me hice un moño. Decidí que a las raíces no le iría nada mal echarle otro poco ( ya que mi cabello es muy muy seco). Y entonces...a esperar...

 La bolsa de la basura apoyada junto a la entrada me hizo emitir un gruñido. ¿Será posible que no me haya acordado de bajarla antes de echarme el ungüento?

Bueno, ya eran las doce de la noche, vivo en un segundo y el contenedor está justo enfrente del portal...¿A quién podría encontrarme en ese pequeño margen de tiempo y en ese minúsculo recorrido?

¿No os he comentado nunca que tengo un vecino que está como un queso dos plantas más arriba y que la mayor parte de las noches adormezco fantaseando con seducirlo en los rincones más insospechados del edificio? (Que quien dice seducir dice “tirárselo”, directamente)

Y sí...En ese pequeño margen de tiempo y en ese minúsculo recorrido, las estrellas debieron alinearse en el cielo y Saturno se puso en la órbita de Plutón (si es que eso es científicamente posible ) porque él también decidió coger el ascensor en ese preciso momento.

Dios, el zumbido de eses chismes no consigue llenar los silencios...

Mascullé un ``buenas noches´´ mientras una gota de aceite descendía por mi mejilla, ya encendida, pues él, con mucho disimulo y los ojos entrecerrados, se encontró con mi mirada en el espejo.

Si alguna vez he querido estar en otra parte. Esta ha sido la que deseado con más fuerza...

Ah, por cierto, el aceite de almendras, mano de santo. El cabello queda muy suave, con la cutícula sellada y más fácil de peinar. ¿Y que me decís de lo económico que resulta?

En serio... ¡Probadlo!

Cloe.

¿ Tienes algún truco de belleza casero que te haya pasado alguna mala pasada para luego recordar y partirte de risa?